Aterrizamos desde Marsella en el aeropuerto de Zadar y allí mismo cogimos nuestro coche de alquiler y carretera hasta la ciudad de Split, en la Dalmacia croata, lugar donde teníamos reservada nuestra primera noche en Croacia. Llegamos al hostel que teníamos reservado en esta ciudad gracias al GPS, ya que estaba en un barrio residencial y no podríamos haber llegado sin su indicación.
Casco viejo en Split Croacia |
Siempre me ha llamado la atención el nombre de esta ciudad: “Split”, que en inglés quiere decir “dividido”.
Dividida o no Split es una ciudad con mucha historia, todos pasaron por allí: venecianos, turcos, bizantinos, húngaros…que hacen que la ciudad arquitectónicamente hablando sea una mezcla de estilos que se extienden por todas sus plazas y callejas.
El
casco histórico de la ciudad de Split es pequeño, manejable y se ve en un día. La ciudad
se parece mucho a una típica ciudad mediterránea y consta de callejas,
plazas y todos los edificios están restaurados, los suelos empedrados, muy limpios, y es muy cómodo para pasear con un bebé, ya que el casco histórico esta cerrado al tráfico.
Su mayor huella sin duda lo dejaron los años que la ciudad estuvo adherida al imperio romano
Siguiendo nuestra visita por el casco histórico llegamos a la plaza del Pueblo donde se encuentra la famosa Torre del Reloj presidiendo la plaza junto a la iglesia románica de San Lorenzo. Uno de los lugares más importantes de reunión en la ciudad rodeado de cafés y restaurantes que animan la plaza.
Ademas de la marcada huella Romana, en la ciudad también visitamos la curiosa plaza de la República, una gran plaza abierta al mar que contiene restos arquitectónicos renacentistas. Esta plaza rompe totalmente con el resto de los estilos que se observan en la ciudad.
Perderse y callejear por las calles de la ciudad es lo mejor que se puede hacer en la visita. En las callejas de la ciudad vieja se pueden ver muchas tiendas exclusivas y chic de grandes y prestigiosas marcas.
Perderse y callejear por las calles de la ciudad es lo mejor que se puede hacer en la visita. En las callejas de la ciudad vieja se pueden ver muchas tiendas exclusivas y chic de grandes y prestigiosas marcas.
Una cosa curiosa sobre Split es que en la misma ciudad no hay playa, hay que salir un poco a las afueras. El centro de la ciudad desemboca en un puerto deportivo que se compone en en su mayoría de barcos turísticos y de recreo. El paseo marítimo es una agradable avenida para pasear y es una delicia sobre todo por las vistas a la antigua ciudad. La antigua ciudad estaba toda amurallada, hoy en día se conserva parte de la muralla que se observa muy bien si se pasea por el paseo marítimo.
Como la ciudad de Split se ve rápido, a la mañana siguiente nos disponíamos a seguir con el viaje hasta Dubrovnik, pero al ir a montarnos en el coche, me di cuenta que me había dejado las luces dadas el día anterior y cuando fui a dar el contacto.. no arrancaba!.
Llamamos al encargado del hotel y con los vecinos intentaron arrancarlo con cables y empujando, pero todos los esfuerzos fueron en vano. Tuvimos que llamar al rent a car, y por supuesto, no les dijimos que me había dejado las luces dadas, ya que no teníamos el coche a todo riesgo, les dijimos simplemente que el coche no arrancaba. Nos dieron un coche nuevo de una categoría superior al que habíamos contratado y salimos a Dubrovnik con retraso de medio día.
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