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BEIRUT, VIAJAR A LIBANO POR LIBRE

Llegamos a Beirut en autobús desde Damasco. Llegando a la capital, aún apenas se veía Beirut, cuando oímos en el bus donde viajábamos: “viajeros a Beirut, próxima su parada”, parece ser que éramos los únicos que íbamos a Beirut y que el bus seguía a otro destino, así que el conductor por no meterse en medio de la ciudad, de pronto nos para en un gasolinera y nos dicen que eso es Beirut…


Gran mezquita de Beirut

No entendemos nada, pero lo único que sabemos es que eso no era una estación de autobuses ni habíamos llegado a la capital de Libano. Presurosos nos adentramos en la gasolinera a preguntar y unos chicos muy amables nos dicen que todavía hay unos 5 kms a la ciudad, que tenemos que ir en taxi. El chico muy amable desde su móvil llamó a un taxi para que viniese a recogernos.

Habíamos llegado definitivamente a otro país, el taxi era un cochazo señor taxi y la tarifa fue bastante más elevada que la que nos cobraban en Siria.

Después de ver un par de hostels para mochileros, o mejor dicho, los dos hostels que hay para mochileros en la ciudad, nos quedamos con el menos ruidoso y más barato.

Beirut tiene 1,5 millones de habitantes, rascacielos y suburbios hasta donde alcanza la vista, en los que se siguen encontrando los campos de refugiados palestinos.

La imagen previa que tenia de Beirut era mala. Me la imaginaba una ciudad cutre con tanques de guerra por las calles ya que la ciudad tiene fama de guerras, raptos y terror,  pero cuál fue mi grata sorpresa de encontrarme una ciudad muy elegante y chic. Es una ciudad con muchas facetas donde se practican hasta 18 religiones diferentes.

Nuestra visita a la ciudad no se hizo esperar y enseguida llegamos a la plaza más importante de la ciudad, la famosa plaza Etoile. Esta plaza es el “times square” (Por el reloj) de Beirut a través del cual salen todas las calles adyacentes en las que se encuentran todo tipo de restaurantes, cafés y tiendas de lujo donde se exhiben las mejores tiendas y marcas internacionales. Pasear por esta zona es interesante y bonito a la vez, todos los edificios del centro de la ciudad son de nueva construcción y de color ocre.

Plaza Etoile Beirut

Paseando por esta zona se palpa un nivel de vida alto y es muy fácil ver por las calles muchas familias numerosas con sirvienta y muchos coches blindados con chofer, se respira mucho nivel.

Mezquitas hay dos principales en el centro de la ciudad, ambas son súper elegantes con lámparas de arañas de cristal enormes y adornos ostentosos. Aquí pasamos de la sobriedad de las mezquitas sirias a la elegancia de las libanesas, se nota que es un país donde hay mucho dinero.
El atuendo que prestaban a las mujeres para poder visitar las mezquitas por dentro era de color negro y de lo más elegante. Las Mezquitas por dentro me recordaron un poco a las de Turquía por su elegancia.  

La mezquita de Mohammad al Amin o la Gran Mezquita es una inmensa construcción con una arquitectura tipo árabe de las que a mí me gustan. En el interior destaca su cuidada y elegante decoración, sobre todo la de las cúpulas por dentro. En el medio del hall principal cuelga una gran lámpara enorme.

Gran mezquita en Beirut

Interior gran mezquita Beirut


El color además de esta mezquita por fuera es muy particular ya que es de color amarillo tierra combinado con cúpulas azules. Sin duda es uno de los símbolos de la ciudad de Beirut.

La otra mezquita importante del centro de la ciudad se llama la mezquita Al Omari. Es más sobria, más pequeña y más oscura que la gran mezquita, ya que apenas le llega luz natural. Aún así, es muy elegante y está muy bien decorada. Me impresionó mucho su interior formado por arcos y columnas gruesas como si de una iglesia católica se tratase.


Interior mezquita Al Omari Beirut

Paseando por el centro de la ciudad nos encontramos con varias iglesias católicas que están  en situación rozando con las mezquitas. La catedral cristiana se llama San Jorge y no pudimos visitarla por dentro porque estaba cerrada.
Por detrás de la zona de la catedral hay una amplia extensión de un yacimiento arqueológico romano, el yacimiento se encuentra muy derruido y sólo queda en pie alguna columna.

Iglesias cristianas en Beirut


Yacimiento arqueologico en Beirut

Otra zona de la ciudad de Beirut es la de los “zocos” que no es otra cosa que una galería de tiendas de lujo. Al ver los letreros que señalaban para ir a los zocos, me esperaba encontrar las típicas tiendas de los humildes vendedores, pues esa fue mi sorpresa, se trataba de una galería de tiendas lujosas, vamos, la milla de oro de Beirut.

Después de recorrer parte del centro bajamos a la zona de corniche. Toda esta zona de la ciudad se encontraba en construcción. Se prevé un alto número de restaurantes, hoteles de lujo, centros comerciales y rascacielos, todos ellos como digo en construcción al lado de un lujoso paseo marítimo.
Es por eso que califiqué a Beirut como la Dubái del Mediterráneo. Cuando estuvimos nosotros paseando por el corniche apenas había gente ya que eran las horas centrales del día. Desde el corniche se puede llegar caminando a la playa.

Construcción masiva en el corniche Beirut


El centro de la ciudad lo encontré todo nuevo, cuidado y muy limpio. Probablemente porque ha habido mucha destrucción con anterioridad por las guerras y lo han construido recientemente desde cero.
Realmente Beirut es una ciudad en reconstrucción continua, ya que los recuerdos de sus continuas guerras están por todas partes. Todavía quedan recuerdos de guerra reciente en algunas paredes y edificios. Esas marcas de guerra se hacen notar cuanto más nos alejamos del casco histórico que lo tienen más descuidado.
Todo lo dicho del centro de Beirut, se hace borrajas según te vas alejando a los extrarradios, donde se encuentran barrios cutres y sucios, sin ningún tipo de cuidado. Sin contar claro está, los barrios residenciales de gente rica que los hay.

Edificio en reconstrucción en Beirut

Las medidas de seguridad de la ciudad son muy extremas. Todo el centro de la ciudad se encuentra rodeado de los famosos “check points” donde los militares se imponen con sus largas metralletas. Quisimos visitar un poco la zona de los edificios de gobierno, al entrar a la zona nos revisaron pasaportes y bolsas, muy por encima la verdad, se veía que éramos unos turistas normales, y además los únicos que paseábamos por la zona. Al salir, nos vuelven a chequear y ya se habían puesto en contacto telefónicamente desde el primer check point para decirles que estábamos por la zona cero.

Ese es el día a día de las personas que viven allí, vivir rodeado de militares y registros frecuentes.
Cuando estábamos en la plaza Etoile, vi una situación muy curiosa que me hizo pensar: nos encontramos con una pareja de novios católicos recién casados haciéndose fotos junto con sus invitados… pues bien, los militares con metralleta que vigilaban la plaza, estaban saliendo por detrás de las fotos, pero ni unos ni los otros se apartaban para evitar que en ese día tan especial quedasen plasmados los militares y sus metralletas en las fotos del día de su boda.

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