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BUKHARA EN DOS DIAS, UZBEKISTAN

Llegamos a Bukhara en tren de alta velocidad desde Samarcanda en un cómodo viaje de apenas una hora y media. Bukhara tiene bastante que ver y conviene dedicarle más de un día, nosotros llegamos por la mañana temprano y dormiríamos dos noches en la ciudad, dedicando dos días también para visitarla. Desde la estación de tren de Bukhara en taxi hasta nuestro hotel en el centro, pagamos el equivalente a 2 euros parando a vehículos locales, ya que los taxis oficiales cobran más.

Cúpula mezquita Kalón Bukhara

Durante los dos días que estuvimos en Bukhara (en julio) el calor fue intenso y llegamos hasta los 40 grados, así que en esta ciudad del desierto en verano hay que organizar la visita saliendo pronto por la mañana y descansar en el hotel a las horas centrales del día. También conviene combinar la visita entrando a lugares con aire acondicionado.

Bukhara fue en los siglos IX y X la capital del imperio Samánida (una de las dinastías más importantes de Asia central),  y también ciudad de tránsito en la Ruta de la Seda. A lo largo de esta historia ha ido desarrollando un encanto único que  atrapa con su atmósfera de ciudad medieval mediante sus impresionantes construcciones islámicas típicas del Asia central. Todo esto está más que certificado en nada más y nada menos que en sus 350 mezquitas y 100 madrazas (escuelas coránicas); y lo más impresionante de todo es que en su mayoría están concentradas en su casco histórico. No todas estas  construcciones están restauradas, tan sólo algunas de ellas y  otras se encuentran en vías de restauración. 

Dada su importancia, Bukhara (al igual que Samarcanda), es ciudad sagrada para musulmanes, por lo que la afluencia de peregrinos es notable. Como estábamos muy bien ubicados, a tan solo 2  min caminando de Registán y a las puertas de la ciudad vieja, para visitar Bukhara nos movimos solo caminando.
Para visitar la ciudad la dividí en dos días: un día Registán, alrededores y parque Samani y otro día la ciudad vieja.

Registán y murallas en Bukhara

Registán: es la ciudadela amurallada y antigua residencia de los emires de Bukhara desde el siglo V, la visita puede durar un par de horas. En la actualidad es en realidad el museo de la ciudad tanto con historia, arte tradiciones.. así como flora y fauna de la zona. Por supuesto queda también, alguna reminiscencia de su época Real, con algunas antiguas salas suntuosas de los emires. Las salas tienen aire acondicionado (muy valorable).  Enfrente de Registán hay una torre-mirador y justo debajo un buen restaurante con comida occidental donde mi hijo disfrutó de unos espaguetis que estaba deseando comer y son difíciles de encontrar en Uzbekistán.

Justo enfrente de Registán se encuentra la mezquita Bolo-Hauz que era el despacho de los emires y detrás de ésta, un amplísimo parque denominado Samani con varios edificios históricos esparcidos: como el mausoleo de Ismail Samani, (el fundador de la dinastía Samánida),  y las escuelas coránicas: Modari khan y Abdulla khan. También hay un pequeño parque de atracciones para niños, pero no pudimos pararnos mucho debido al intenso calor.

Mezquita Bolo-Hauz Bukhara

Mausoleo Ismael Samani Bukhara

En la ciudad vieja lo que más impresiona es la “plaza Kalon” con su mezquita, y su minarete de una belleza tal,  que hasta cuando llegó el mismísimo Genghis Khan, le cayó en gracia y pidió a sus tropas que no lo tocasen mientras éstos  destruían y saqueaban la ciudad. Esta plaza es uno de los lugares mágicos de Uzbekistán: dos preciados edificios frente a frente que parece que se retan en belleza: la gran mezquita Kalon y la madraza Mir-i-arab.  A esta encantadora plaza volveríamos en varias ocasiones de día y de noche...

Mezquita y minarete Kalon y Madraza Mir-i-arab Bukhara

Mezquita Kalon Bukhara

Siguiendo por la ciudad vieja llegamos a la plaza Lyabi-hauz un lugar encantador a lo europeo con terrazas, (zona cero del turismo) y uno de los lugares de reunión de gente de todos los tiempos. Alrededor se concentran muchos de los edificios más importantes de la ciudad, como la mezquita Maghok-i-attar que sobrevivió al ataque mongol porque fue enterrada en arena por los lugareños para salvarla de la destrucción... y lo consiguieron!. 

En la ciudad vieja para ver todos los edificios históricos hay que dejarse perder… tanto por la zona restaurada como por la zona más desatendida, y tanto nos perdimos... que pensábamos coger un taxi para llegar a uno de los iconos de Bukhara: Chor Minar, pero cuando nos quisimos dar cuenta ya estábamos al lado. Chor Minar es una de construcciones más características de Bukhara y la torre actual (hoy en día convertida en tienda de souvenirs) era entrada a una antigua escuela coránica. Curiosamente, Chor Minor me pareció más pequeño en tamaño de lo que me esperaba. 

Chor Minor Bukhara

Madraza en Bukahra

Mezquita en Bukhara

A mi hijo le tuve entretenido con las historias de Genghis Khan, ya que Bukhara es un ciudad que no tiene entretenimiento para niños. 
Por las noches, mi hijo en el hotel haría su actividad correspondiente del día en la mini-guía que le preparé para que mientras viaja aprenda: mini-guía de viaje de Asia central
Si quieres ver todas mis mini-guías de viaje por el mundo para niños pincha aquí.

Desde Bukhara cogimos un taxi privado hasta nuestro próximo destino, la ciudad de Khiva con parada en: el desierto: Kyzyl Kum.

Comentarios

  1. Qué bonitas las mezquitas!! Me gustaría entrar en una

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  2. Hola, es un viaje distinto interesante, y ha sido facil hacerlo con un niño?. Estoy pensando en viajar con mi hijo pero me da miedo qué surja algún contratiempo. Saludos

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    Respuestas
    1. Hola Jorge. No es un viaje comodo pero por supuesto que se puede hacer con niños. Te aconsejo que leas la entrada de "kazajistan, kirguistan y uzbekistan 3 semanas por libre con un niño". Contratiempos te pueden pasar en cualquier viaje vayas donde vayas. Un saludo

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